¿Es sostenible tu alimentación?
Una alimentación sostenible es aquella que asegura poder continuar alimentándonos sin agotar los recursos naturales (agua, tierra, etc) y sin destruir el medio ambiente (manteniendo la biodiversidad y reduciendo la contaminación).
Actualmente existe una tendencia sostenible en nuestra alimentación ya que estamos volviendo al consumo de alimentos lo menos procesados posibles, volviendo al mercado en lugar del supermercado, y teniendo más conciencia a la hora de escoger los alimentos que vamos a consumir, como nuestros antepasados. Y por otro lado se está poniendo muy de moda consumir productos ecológicos así como alimentos nuevos o que antes carecían de interés, pero que ahora se compran a menudo (quinoa, baya de maqui, hongo chaga…).
Probar alimentos nuevos es un acto de valentía, pues nuestra sociedad nos acostumbra a quedarnos en nuestra zona de confort en todos los aspectos de nuestra vida, y como no, en la alimentación también. Estos alimentos “modernos” y otros nutrientes más conocidos provienen normalmente de lugares lejanos (Asia, América del Sur…) y tenerlos en nuestro lugar de residencia conlleva grandes costes, no sólo económicos. Con esto no quiero decir que no se deban consumir, ¡ni mucho menos! Es genial enriquecer nuestra dieta con alimentos nuevos y sabrosos, pero también debemos ser conscientes del impacto medioambiental que causamos los productores, distribuidores y consumidores finales, nosotros.
Por ejemplo, el ya famoso aceite de palma es una grasa que se utiliza en multitud de alimentos procesados (galletas, pizzas, sopas, snacks, cremas, lasañas precocinadas, productos dietéticos, pan tostado, chocolate, bollería, cremas de cacao, alimentos infantiles, y un largo etc…). Se cultiva en Indonesia, en grandísimas extensiones de selvas tropicales que el humano ha talado, quemado y destruido haciendo que miles de animales mueran, miles de árboles dejen de producir el oxígeno que respiramos, y ha acelerado el cambio climático. El aceite de palma NO es sostenible (ni sano por supuesto) porque el impacto ambiental es brutal, y por desgracia se consume a diario en todos esos productos ultra procesados que encontramos en los supermercados a precios de risa.
Si eres una persona medianamente comprometida con el medio ambiente te estarás preguntando: y qué puedo hacer yo para mejorar mi impacto medio ambiental a través de mi alimentación? Aquí van algunos consejos:
- Consume más alimentos vegetales que animales. La producción de alimentos de origen animal tiene un gran impacto medioambiental, concretamente según la FAO, es responsable de casi el 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero (y más concretamente, la explotación de la ganadería vacuna es la mayor causante de las emisiones, con diferencia)
- Consume alimentos de temporada. Su precio será más económico y justo, y si además los compras en comercios locales de tu zona, estarás fomentando el desarrollo económico de tu pueblo/ciudad/provincia.
- Evita comprar alimentos en envases, mejor a granel y la cantidad justa para no tirar comida.
- Reduce los desperdicios de alimentos en tu casa. Las sobras pueden reutilizarse en otras comidas o congelarlas. La planificación es fundamental para comprar lo justo y evitar desperdicios.
- Súmate a la campaña internacional #LunesSinCarne, que alienta a las personas a no comer carne los lunes para mejorar su salud y ayudar al planeta. Revisa las etiquetas de los alimentos y compra aquellos con origen de España! Comprando productos españoles favoreces el desarrollo económico de nuestro país y además reduces el impacto ambiental al no usar o reducir la cantidad de vehículos que usan combustibles fósiles.
- Ecológico no es sinónimo de sostenible. Un alimento ecológico es aquel en el que su forma de producción no utiliza productos ni prácticas que perjudiquen la fertilidad de la tierra, mejorando así las cualidades organolépticas del alimento y respetando el medio ambiente. Pero un alimento puede ser ecológico y no sostenible, por ejemplo: comprar cerezas ecológicas con origen de EE.UU. es un producto ecológico y no sostenible; comprar cerezas ecológicas con origen del Valle del Jerte (Extremadura) es un producto ecológico y sostenible, porque utiliza los procedimientos ecológicos y además en su transporte usa mucho menos combustible que desde EE.UU.
Sé una persona sostenible y siéntete orgullos@ de ello!
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